sábado, 24 de abril de 2010

Cuéntame como pasó



Cuéntame cómo pasó es una de mis series favoritas. Recuerdo que cuando la empecé a ver estaba en mi primer año de preparatoria. Después de haber acabado mi tarea o cuando quería relajarme un rato, prendía la tele y me dejaba envolver por lo apasionante historia de una familia española de clase media que vivía sus días durante los últimos años de la dictadura franquista en España.

Siempre me fascinó la canción con la que iniciaba cada capítulo. Hoy la oigo y no puedo evitar sonreír y recordar todo lo que pasaba en mi vida en aquel momento. No puedo esperar para ver la nueva temporada. Hoy suspiro.

P.D. Bere, Vania, ayer ya no pude publicar mi entrada porque me quedé sin internet :S!

viernes, 16 de abril de 2010

Yo hubiera sido una gimnasta

Siempre que el ocio me invade hago preguntas de todo tipo, una de mis favoritas es cuestionar a la gente sobre qué deporte le hubiera gustado practicar profesionalmente. En mi caso, aunque nunca fui para nada deportista, sí practiqué por un -corto- período de tiempo la gimnasia rítmica. Ésta era una actividad que disfrutaba hacer después de la escuela, sin embargo, como era rítmica, nunca pude experimentar la sensación de volar por los aires tal y como lo hacían las niñas que practicaban gimnasia olímpica (yo a lo más que llegué fue a practicar con un listón, vamos, ni la pelota). Como sea, siempre me quedé con ganas de volar, aunque fuera por unos segundos.
Hoy me conformo con ver las competencias de las deportistas que sí conviertieron a la gimnasia en su auténtica vocación. Todos los aparatos (barras, caballo, piso...aunque éste último no es un aparato) me parecen absolutamente competitivos, sin embargo, mi parte favorita de la competición (muy al estilo español jaja) es cuando llega el momento de presentar las rutinas de piso pues es cuando se conjuga la habilidad técnica de la gimnasta con su capacidad artística (elemento que cada vez se aprecia menos en los duelos deportivos pues se le ha dado mayor peso a la dificultad que a la estética) y un nivel de concentración que, debido a mi exagerada abstracción -no distracción, que quede claro- me resulta totalmente loable e impresionante.
Les comparto un video de los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008 que tiene de protagonista a una de mis gimnastas consentidas: Steliana Nistor de Rumania, sí, sí, igual que Nadia Comaneci la merecedora de siete dieces perfectos.
P.D. No pude adjuntar el video en la entrada, de todos modos les dejo el link por si alguien se anima a verlo

martes, 30 de marzo de 2010

Mujer tenías que ser...

Si alguna vez vieron el inicio de una serie española llamada "Con dos tacones" el título de esta entrada seguro les será familiar.

Hace ya algún tiempo, mientras cambiaba los canales de televisión para ver si me topaba con algo interesante, me encontré con que el canal 22 estaba transmitiendo un programa que tenía de protagonistas a varias mujeres.

Después de observarlo un rato me dí cuenta de que estaba ante lo que en aquel momento consideré un verdadero hallazgo: una serie que además de hacerme reír muchísimo fungía como una muy simpática reafirmación del género femenino.

Con dos tacones, a través de las historias y experiencias de cinco mujeres con vidas, sueños y personalidades completamente diferentes, abordaba de manera chusca y divertida las dificultades y situaciones con las que una mujer podía enfrentarse en esta nueva época. Así, la serie que ví aquel sábado por la noche se convirtió en uno de mis programas favoritos de aquel momento de mi vida.

Es una lástima que la hayan dejado de transmitir por falta de audiencia pero aún la puedo rememorar gracias a la magia de youtube.



Para poderlo entender, mujer tenías que ser...

viernes, 26 de marzo de 2010

L'auberge espagnole

El albergue español (2002) es una película francesa dirigida por Cédric Klapisch que muestra la experiencia estudiantil de un chico francés llamado Xavier que viaja a Barcelona a través del conocido programa de intercambio Erasmus.

Xavier tiene la necesidad de salir de su ciudad natal para vivir experiencias nuevas y así escapar de la cotidianidad y hartazgo que lo rodea. Como resultado no sólo encuentra un mundo y una dinámica maravillosa sino que también tiene la oportunidad de encontrarse a sí mismo.

Una de las cosas espléndidas que tiene este film es que, a través de las vivencias cotidianas de estudiantes europeos de diversas nacionalidades, plasma la complejidad existente en el espacio cultural europeo que, a pesar de la tremenda movilidad entre países en todos los sentidos, aún se topa con ideas y estereotipos que varias veces hacen entrar en conflicto a sus respectivos protagonistas.

Personalmente quedé encantada con la dinámica del mundo estudiantil que la película muestra y comprobé una vez más lo importante que resulta el empaparse de experiencias de todo tipo.

Les comparto una de mis escenas favoritas de esta película. Chicas y chicos, tomen nota (jaja).

viernes, 12 de marzo de 2010

La seriedad de la comedia

Ya que le hice promoción a Doctor House en la entrada anterior (que por cierto no creo que la necesite en absoluto) cerraré esta semana escribiendo acerca de otro video que me encanta y que tiene de protagonista al mismísimo Hugh Laurie. Tantas cosas se pueden decir de este hombre, de su fascinante genialidad y de su indudable calidad artística que se me ocurre todo y nada. Hugh Laurie es simplemente cautivador.

En este video el actor que le da vida a Gregory House interpreta una canción de su propia creación titulada Mistery. En mi opinión esta pieza, al igual que él, es una joya de la elegancia combinada con la comedia y el talento. Hugh es capaz de unir en ella la risa, algo de drama y cierta tragedia de una manera excepcional invitándonos incluso a reflexionar sobre aquellas cosas misteriosas de nuestra vida y sobre lo irracional y absurdo que pueden resultar algunas de nuestras actitudes, pensamientos y obsesiones (aunque no debemos sentirnos mal, estar medio loco también puede ser una virtud tal y como este hombre lo demuestra).

La primera vez que me topé con ella no pude parar de reír (en realidad esa ha sido una reacción constante aún después de haberla escuchado muchísimas veces) y es que el genial Hugh sabe hacer de cada momento algo único, es un artista en toda la extensión de la palabra.

Veo a Hugh Laurie y, además de sorprenderme de su tremenda capacidad histriónica, quedo encantada por su habilidad de hacer reír a los demás. Lo observo y no dudo ni un momento de la importancia y trascendencia de toda expresión (positiva) de la vida humana y de la necesidad de que existan personas apasionadas y talentosas dedicadas a desarrollarlas.

En este mundo, que buena parte del tiempo se percibe como loco, desquiciado, peligroso y deprimente, hacen falta personas que nos recuerden
también muy a menudo el lado maravilloso y divertido de la vida. La comedia, amigos y amigas, es necesaria y, en este sentido, Hugh Laurie también.

martes, 9 de marzo de 2010

Lamentablemente humanos


Un día navegando por la red encontré un promocional que definitivamente me dejó la piel de gallina. No recuerdo si fue antes o después de que cierto médico jalisciense me desencadenara una serie de sensaciones (tengo la impresión de que fue antes) pero de lo que sí estoy segura es que, en este momento, otro espécimen dedicado a la medicina ocupa mis pensamientos: Wilson de la serie mundialmente conocida Doctor House.

En esta serie Robert Sean Leonard interpreta a un oncólogo divino que estoy segura ha arrancado suspiros de todas clases y tamaños. No me extraña, su personaje es lo que yo llamaría un amor, una lindura, una hermosura de hombre (lots of sighs).

El video en cuestión, por otro lado, también me resulta agradable porque se refiere a una situación que para mí resulta fundamental: la diversidad de visiones y actitudes respecto a una misma actividad, cualquiera que esta sea. Además, tengo que aceptar dos cosas: 1) me gusta pensar que los médicos y los internacionalistas, a pesar de lo que se pueda pensar, tenemos cosas en común, y 2) me encantan las explicaciones lógicas de la personalidad (en medio de mi desorden son para mí un hallazgo).

El video que les comparto ya es algo viejo (sobretodo si consideramos la rapidez con que fluye la información hoy en día) pero desde que lo ví se convirtió en uno de mis promos favoritos. El doblaje español nunca será mi preferido pero le tengo que agradecer que, por lo menos en este caso, no arruinara la sensualidad del video. Dénle play y díganme qué opinan.



domingo, 7 de marzo de 2010

¡Viva la Vida!

Como ya muchos saben, el nombre del último disco de Coldplay estuvo inspirado en la frase "Viva la Vida" que aparece escrita en una pintura de la artista mexicana Frida Kahlo. Chris Martin, líder de esta conocidísima banda, quedó encantado con estas palabras debido al trasfondo que las originó. Martin declaró: "She went through a lot of shit, of course, and then she started a big painting in her house that said ‘Viva la Vida´. I just loved the boldness of it.”

Si Chris quedó encantado con esta hermosa referencia a lo fascinante de la existencia per se y si su intención era transmitir algo de ese misticismo a todos sus seguidores, creo que no me equivoco al decir que lo logró con creces. Las miles de personas que nos reunimos ayer en el Foro Sol para disfrutar de la música de la banda en vivo disfrutamos a cada momento de su evidente emoción y de su indudable entrega con el público, con su música y, por su puesto, con el arte de vivir feliz.

La emoción era inevitable y fue latente desde el inicio hasta el final de la velada creciendo a medida de que cada sorpresa preparada por la agrupación inglesa salía a la luz. Jon Buckland, Guy Berryman, Will Champion y Chris Martin, lucían emocionados por la efusividad con la que los recibió su público mexicano.

Las luces amarillas que inundaron el escenario y los globos gigantes del mismo color que se lanzaron a la pista al ritmo de "Yellow", las mariposas de colores, las intervenciones de Martin hablando en español y los fuegos artificiales, no fueron sino algunas de las numerosas muestras del compromiso que Coldplay tiene con su público y del cuidado de los detalles y del elemento sorpresa de sus integrantes y de todo el equipo productivo.

Si bien toda la sesión musical fue magnífica, un momento cautivador fue cuando Chris organizó la clásica ola dirigiéndose a la gente de las gradas. "We´re going to do the ola", expresó. Con flechas en la pantalla gigante que indicaban desde dónde debería comenzar aquel movimiento, las miles de personas que nos encontrábamos en la parte superior del Foro Sol aguardábamos con ansias el momento de manifestar nuestra presencia a través de las luces de nuestros celulares que resaltaban ante aquella oscuridad. "Fucking beautiful" creo recordar al vocalista decir.

Aunque después de que acabó el concierto tuve algunas dificultades para regresar a casa, Coldplay el día de ayer me recordó que lo único a lo que venimos a este mundo es a vivir. Qué mejor que felices.

martes, 2 de marzo de 2010

Piel de manzana


Sus mejillas rosadas se distinguían desde muy a lo lejos. Él era la versión varonil de Blanca Nieves, su cabello negro, sus labios rojos y sus mejillas coloradas no hacían más que confirmármelo minuto a minuto. Yo siempre lo observaba, tanto que a veces caía en cuenta de que estaba mirando al vacío pues él ya se había ido.

Cuando el registro mental de su imagen estuvo completo en mi cerebro pasé entonces a la memorización de su guardarropa. Definitivamente el rojo era su color. Su apariencia en esa tonalidad me ponía en un estado tal de abstracción que la distracción resultaba inevitable y no pocas veces fatal. De pronto la Física, la Química o la Geografía ya no tenían sentido (vamos, ni la Lógica) y lo único ajeno a aquel presente que pasaba por mi cabeza era el recuerdo del frutero de la cocina de mi casa que siempre estaba repleto de manzanas. Qué curioso, no recuerdo nada más.

domingo, 28 de febrero de 2010

La última y se va... [sic]

El microrrelato o microcuento se ha convertido últimamente en una de mis favoritas formas de expresión literaria; conciso y breve como su naturaleza lo requiere (¿eso rimo no?) tiene una fuerza increíble. Entre tantas cosas maravillosas que lo hacen existir, algo que me resulta fascinante de este género (de moda dicen algunos) es que, precisamente a su intrigante brevedad, apela y requiere de la imaginación y de la creatividad tanto del que lo escribe como del que lo lee. He aquí unos intentos, el primero tenía que comenzar con las palabras en comillas, el segundo podría considerarse como una incipiente continuación de la despedida de la entrada anterior.

A

"Bicho gafoso de mierda” fue lo que salió de mi boca cuando escuché su voz. No era que no lo amara pero lo desquiciante de la espera había transformado mi gigantesco amor en una aflicción eterna. No me fijé en las palabras que usé ni en las miradas que evité ni en sus grandes esfuerzos, menos aún en sus colosales promesas. Me alegraba mientras veía como su esperanza moría y salí por la ventana tan sólo para burlarme de su idea romántica de la conquista. Su corazón quedaba roto como el mío. Lo más curioso fue que, destrozado como estaba, sonreía.

B

Me acostumbré a tu voz diciendo mi nombre, a caminar detrás de ti, lo primero me gustaba, lo segundo no. Sabes, siempre he odiado las relaciones interpersonales verticales, nada anatómico si eso lo que te imaginas, ¡por qué no puedes entender nada diferente a tu pretensioso vocabulario fisiológico! ¿Qué quieres? me acostumbré a ti; de aquí en adelante las paradas en el loo ya no tendrán sentido, las poses interesantes tampoco, los aretes largos y el rubor en las mejillas menos. No sé a dónde te irás o si ya te fuiste, estoy contenta de no haberlo preguntando porque definitivamente es mejor saber donde NO estas que donde estas. Así, cuando la casualidad me obligue a estar cerca de ti ni me daré cuenta, no provocarás nada en mí y con suerte quizás ya ni me acuerde de tu nombre....¡NOOOOOOOOOOOO! ¡Maldita sea! ¡Por qué diablos hay un estado en el gabacho con tu apellido! ¡Me niego rotundamente a estudiar Estados Unidos!.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Dame un beso y dime adiós

I

Cuando supe que se iría casi me reduje a lágrimas, ¿dónde? ¿cuando? ¿por qué? ¿sería capaz de dejarme a la deriva, a mi merced? Tantas veces nos habíamos sentado uno frente al otro y ahora, sin más, se iba y ni siquiera se tomaba la molestia de decírmelo.

Las mujeres de mi familia (psicólogas al fin y al cabo) me habían asegurado que eso se trataba simple y llanamente de una transferencia (que es cuando los terapeutas se convierten en el objeto de deseo de sus pacientes o al menos así lo entendí yo). Me pareció razonable aunque no por eso acertado. Traté entonces de definir qué era lo que había despertado en mí tales sentimientos. ¿Había sido la vez que después de torturarme había secado mis lágrimas tan cuidadosamente? ¿o acaso aquella otra ocasión cuando tocó mi hombro sin mirarme? ¿o cuando miró al suelo después de haberle pedido un abrazo? No, cuando pasó todo eso él ya se me ocurría de más. ¿Tendrán razón entonces? ¿esto no es más que una simple y llana transferencia?

II

Lo tenía en frente y no podía creer que esa sería la última vez que lo vería ahí. Yo, tan nostálgica y sentimental, me desplomé. Pasé a su lado y ni siquiera me miró, qué ingenua había sido, qué cruel era él. Ante eso, me preguntaba qué era lo que me gustaba de su persona, su sonrisa era lo primero que se me ocurría. Esporádica en medio de su seriedad era un hallazgo, uno que yo orgullosamente había traído al presente más de una vez. En seguida venían (en orden) las siguientes palabras: manos, compostura, paciencia... su timidez disfrazada de ética.

III
Nos sentamos por última vez uno frente al otro y revisó mis ojos, luego me miró fijamente. ¿Qué había en su mirar? Creo que un poco de curiosidad, tal vez recelo, ¿acaso indiferencia?, hubo algo de esas miradas que le regalas a alguien que sabes que no verás en mucho tiempo o que ya no verás jamás. No diría que hubo tristeza más bien... qué se yo. Después de los últimos (el último abrazo, el último apretón de manos, el último beso, la última mirada) ya no quedaron más rituales que cumplir. "Adiós, que te vaya bien"... Tschüss Arzt.

sábado, 20 de febrero de 2010

De blanco


Mañana tengo una boda. Si yo fuera la novia estaría muerta de nervios, estaría pensando tantas cosas a la vez que para no pensar preferiría dormir. ¿Qué estará pensando en este momento Aurora? Seguramente ni siquiera se imagina que se me está ocurriendo. ¡Es gracioso! esta noche que para mí resulta una más para ella significa la antesala de la felicidad (¿o será acaso de la infelicidad?).

Bodas...he ido a muchas en mi vida pero a medida de que pasa el tiempo la perspectiva y mi opinión sobre ellas ha cambiado (¿será por el lugar de la iglesia en el que me siento?). ¿Cuál fue mi primera boda? Mi buscador cerebral arroja al introducir la palabra "boda" un jardín con un tobogán y una piscina enrejados. Todos los niños de la fiesta proponíamos ideas para elaborar el plan maestro que nos permitiría vencer ese infame obstáculo para después lanzarnos por el súper tobogán; así y sólo así revelaríamos nuestra pasión por ser niños, nuestra adicción a la diversión, aterraríamos a todos los invitados exhibiendo que éramos unos adrelaline junkies, nos resbalaríamos, nos rebeleríamos ¡les revelaríamos!. Como sea, la segunda, la tercera y la cuarta bodas no fueron tan divertidas aunque la última sí que lo fue.

¡Qué alucinación! Recuerdo la primera vez que pensé en mi boda. Fue un domingo a las tres de la tarde en punto. Hacía mucho tiempo que no lo veía pero cuando lo tuve enfrente inmediatamente, irresponsablemente pero sobretodo inesperadamente la palabra "boda" pasó por mi mente ¡mé asusté!. ¿Qué tenía ese sujeto que había provocado tal sensación en mí? ¿Cómo se atrevía a despertar en mí ideas tan aterradoras ¡tan absurdas! ¿qué acaso no sabía que eso de las bodas era una mera convención social debida a ideas y a estructuras aún más absurdas? Sí, lo acepto, ese fue mi razonamiento, pero en el fondo sabía que, por primera vez en mi vida, había sabido algo desde el primer momento: el amor at first sight existía...ya no pude resistirme.

jueves, 18 de febrero de 2010

I´m singing in the rain...

Los días lluviosos como hoy indudablemente le dan un toque de melancolía y de reflexión a mi vida. Algo que me intriga de un día como este es despertar y saber que más allá de mi ventana hay un mundo indiferente a mis pensamientos, lo irónico o curioso es que la indiferencia es mutua pues en ese momento a mí tampoco me importa nada más que saberme allí. Hablo de un mundo en abstracto pero evidentemente los que me ignoran y a los que ignoro son todos aquellos que pululan por allí y por allá. ¿Cómo sería vivir en un estado constante de ensimismamiento y autocontemplación? me parece que viviríamos en un mundo de distraídos (como yo y como él).

Recuerdo que cuando cursaba la preparatoria los días fríos eran lo mejor que me podía pasar en la semana ¡qué mejor si además de fríos tenían el plus de ser lluviosos! (ergo... amé y amo a este día). Aunque a muchos de mis compañeros y amigos los deprimiera ese panorama sobrio, en mí despertaba una sensación bastante agradable que, no obstante, hacía preguntarme por qué aquel escenario provocaba en mí tal encantamiento. Tal vez se debía a mi gusto e interés por la cultura inglesa (porque díganme ustedes qué sería del paisaje inglés sin el típico chipi chipi) o tal vez porque esos días daban la perfecta oportunidad para tomarme un café y platicar con las amigas o (mi favorito) porque eran el pretexto ideal para pasear a mi brazo por los hombros de alguien. En ese entonces, además, aún podía darme el lujo de mojarme irresponsablemente sin sentirme culpable, terminar empapada era entonces una interesante perspectiva que no aguantaba poner en práctica cada vez que podía. Sea como sea yo amaba esos días.

Hoy por hoy los días fríos y lluviosos son para mí sinónimo de una buena conversación, un delicioso café y también la oportunidad para traer de vuelta los más bellos y melancólicos recuerdos (¡vaya! acabo de tener un pensamiento bello y melancólico). ¡Por supuesto! ¡también te dan la oportunidad de sacar de tu armario cosas calientitas y cómodas para ponerte!. Hay que especificar, sin embargo, que los días fríos y lluviosos también varían dependiendo dónde, cómo y, por porsupuesto, con quién o con quien no los pases. Como sea, aunque a veces me apachurran, puedo afirmar con toda la convicción que poseo en este momento que los días fríos y lluviosos, aunque grises, están llenos de vida.

domingo, 14 de febrero de 2010

Música Moderna


Tengo que confesar que una entrada un tanto apresurada no me dejó presentar a este espacio ni siquiera un poco. Aquí estoy de nuevo y únicamente les puedo decir que espero que El señuelo le haga honor a su nombre y que eventualmente los atrape y los haga volver.

Estar escribiendo de nuevo en un espacio como este me hace recordar a mi primer blog y eso me evoca lindos y gratos recuerdos. Ayer precisamente revisaba lo que en aquel tiempo publicaba y me sorprendí en realidad. Es increíble cómo te puedes descubrir sonriendo al recordar y leer tus pensamientos pero de otro tiempo y espacio. Evidentemente muchas cosas han cambiado, lo que me tranquiliza es que, ayer como hoy, tengo muchos motivos por los cuales sonreír. Hoy uno de esos motivos de alegría fue ver nuevamente en vivo a una banda que me encanta: Paté de Fuá.

A los que no sepan les digo que este grupo me cautiva en realidad, me cautiva porque, entre muchas otras cosas, subraya de una manera peculiar sentimientos tan importantes y fundamentales de la existencia humana como el amor, el desamor, la alegría, la nostalgia o los celos. ¿Qué sería de nuestra vida sin [buena] música?... sería (como dicen por ahí) un error.

A esta agrupación la he visto varias veces tocando en vivo (todas en nuestra bella y magnífica Ciudad Universitaria) y siempre me han dejado con ganas de más. La primera vez que los escuché fue en nuestra Facultad; aquella vez me quedé muy contenta porque además del autógrafo de todos los integrantes de la banda me llevé un beso del vocalista Yayo González. Si por casualidad se preguntan cómo pasó les platico que irremediablemente se lo tuve que pedir, no me pude resistir.

La función de hoy no careció de gente, ¡este grupo cada vez es más famoso!, ni modo, los tendremos que compartir con más personas a medida de que pase el tiempo.

Estos muchachotes tienen dos discos, el primero se llama Música Moderna y el segundo El tren de la alegría, de los dos el que recuerdo con más cariño y el que evoca épocas divinas (como mi beso en la mejilla) es el primero... en su honor esta entrada.

viernes, 12 de febrero de 2010

Cuentera

Habría que decir, en primer lugar, que desde niña me gustaban los cuentos. La evocación de un mundo fantástico me hacía imaginar que todo era posible, aunque no siempre visible o evidente. Tal vez (porque para nada lo afirmo) eso fue lo que hizo que me acercara a las ciencias sociales que, en mi opinión, son un mundo que tampoco se comprende fácilmente pero que resulta igualmente fascinante (¿compartirán a veces el desacuerdo con el racionalismo?). Falta hacer una propia introducción a este espacio pero por ahora les comparto un cuento que surgió del embelesamiento que me provoca el canario blanco que vive en mi casa.

OJOS DE PÁJARO

En el instante que José abrió los ojos supo que ese era el día. Abrió la ventana y aspiró tanto aire como pudo. Se quitó la pijama y se puso sus pantalones cortos y sus zapatos que a esa altura de la semana estaban completamente sucios.
Bajó corriendo las escaleras directo al jardín. Aunque de la cocina emanaba el olor a hot cakes que tanto le gustaba su decisión permaneció invariable y es que día no era un día cualquiera, ese y sólo ese sería el día en el que José Antonio liberaría a Albino, su canario blanco.
En el jardín José tomó la pequeña jaula con cuidado, la alzó a la altura de sus ojos y observó a esos pequeños botones negros que nunca parpadeaban. Sonrío. Limpió toda la jaula con esmero, estaba empeñado en que Albino tuviera la mejor imagen de ella antes de partir, estaba decidido a que la recordara con cariño.
Permaneció inmóvil por un largo rato, vio por última vez al canario saltar de palo en palo y entonces abrió la reja. Albino no revoloteó como de costumbre, se dejó agarrar fácilmente. José miró a Albino fijamente y por primera vez vio cerrarse a ese pequeño ojo negro en un gesto que pareció un giño. La mano del niño se abrió y después de un instante ya todo había pasado. -Adiós Albino- fue lo último que se escuchó.